¿Por qué usamos tarjetas de visita?
En una generación nacida con pantallas al alcance de sus manos, diversas realidades humanas se han ido digitalizando gradualmente, incluso entre aquellos que estaban acostumbrados a las tarjetas de visita en papel (hasta el punto de agotarlas).
Puede que no pase por la mente de los más jóvenes, pero la importancia que se le daba a una simple tarjeta de visita es incomparable a la de hoy en día.
Cualquiera que, en su vida diaria, tratara con varias personas, ya fuera un vendedor, administrador, secretario o incluso un asistente de mostrador en una cervecería, tenía el hábito de guardar cuidadosamente las tarjetas de visita que recibía.
La importancia de la tarjeta de visita era tal que la expresión "tarjeta de visita" se convirtió en una simplificación popular para identificar la primera impresión que transmitimos a alguien, como por ejemplo, "este producto es la tarjeta de visita de nuestra organización."
Por ejemplo, en Japón, incluso hoy, recibir una tarjeta de visita en papel se hace con la mayor dignidad posible, ya que es una extensión de la dignidad de la persona que responde al contacto.
Tan pronto como Internet y las comunicaciones digitales dominaron las relaciones laborales, las tarjetas de visita en papel continuaron produciéndose, aunque en cantidades más pequeñas, volviéndose rápidamente prescindibles.
Cuando, hasta hace algunos años, era común tener archivos para almacenar tarjetas de visita, se volvieron inutilizables debido a la inevitable aplicación de la información de contacto en dispositivos digitales.
Después de que las empresas establecieran una presencia regular en Internet y la gente comenzara a intercambiar contactos simplemente escribiendo números de teléfono o direcciones de correo electrónico en un teléfono inteligente, nacieron las tarjetas de visita digitales.
Las tarjetas de visita digitales son básicamente archivos de contacto vCard asociados con enlaces de la empresa que pueden incorporarse fácilmente en firmas de correo electrónico, mensajes de texto o incluso códigos QR que se han vuelto imprescindibles en las tarjetas de visita en papel en los últimos años.
Y por supuesto... las tarjetas de visita se han vuelto aún más desechables.
Pero las preguntas persisten: ¿por qué sigue existiendo la necesidad de tener algo físico? ¿Es simplemente un bloqueo mental en la transición digital? ¿Por qué tantos emprendedores y empleados siguen gastando dinero y tiempo en adquirir algunas copias en papel?
En nuestra opinión, basándonos en los comentarios de cientos de clientes del WalliM Card, la respuesta a estas preguntas radica en el hecho de que la tarjeta de visita física tiene una utilidad subliminal y predominante en la práctica del networking, es un auténtico 'martillo' que rompe el hielo en una conversación espontánea en un evento, en una presentación o incluso en una negociación.
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